Woody es un perro que ha demostrado una gran capacidad de adaptación. Cuando todavía era un cachorro, tuvo un problema de salud que causó la especialidad que hoy acompaña su rostro. Claro, esto no lo imposibilitó para desarrollarse como un perro normal.
Su cara torcida lo hace único, pero aún más su personalidad, incluso, hay quienes dicen que es un perro muy gracioso. Woody ha demostrado ser muy dulce y cariñoso, hasta pensaban que era un cachorro, por lo inquieto y juguetón que es.
Sus antiguos dueños no les interesaba en lo más mínimo su bienestar. Decidieron mudarse y dejarlo solo a su suerte. Si no es por el llamado que recibieron los trabajadores de la organización SNARR, a Woody le esperaba un destino bastante desdichado.
Cuando el grupo de rescate llegó al lugar donde estaba Woody, este se encontraba enlazado. Lo bueno es que no estaba sin alimentos, pues alguien se encargó de hacerle llegar algo de comida y agua, hasta que por fin se decidió a llamar al SNARR.
La familia que en principio tuvo a Woody, no trabajó por suplir sus necesidades físicas, era evidente que ni siquiera lo llevaron al veterinario. Courtney, una de las voluntarias aseguró que Woody era un tanto inquieto, hasta cuando intentaba jugar.
Aunque para Courtney Bellew, trabajadora de SNARR, estas situaciones no son nada nuevas, ella asegura que el caso de Woody la conmovió personalmente. Por eso, es que luego quiso compartir cómo había sido la labor de rescate en este caso.
Esta mujer quedó prendada del adorable pitbull desde el primer día, ella cuenta: “Solamente lo miras y no puedes evitar amar esa cara”. Woody no tiene ningún problema en sonreír y amar, y aunque su cara no luce como la de los demás perros, esta no le hace justicia a su adorable personalidad.
Courtney, estaba contenta con los avances de Woody en poco tiempo: “Con solo cinco días en cuidado, se ha calmado mucho y lo está haciendo muy bien porque está obteniendo todo lo que necesita. Es un chico dulce y está muy feliz de poder correr y estar en una casa y todo lo demás«.
Actualmente, cuenta con un hogar y una madre que lo ama y cuida con ternura. Durante su primera semana en casa, Woody también manifestó que es un buen cuidador, pues cuando Jamie Bond, su nueva dueña tuvo un percance con su salud, él nunca se alejó de su lado hasta que esta se recuperó por completo.
Jamie cuenta acerca de esta experiencia junto a Woody: “Sabía que algo no estaba bien y nunca se apartó de mi lado. Se acurrucó conmigo en el sofá toda la tarde. Ahora él es mi sombra, siempre me sigue a donde quiera que vaya, asegurándose de que esté sana y salva.“.
Woody ha sido una clara muestra de que con mucho cariño y dedicación se puede lograr más que con el maltrato y el abandono. Ha resultado ser más que un animal de compañía, si no que está dispuesto a hacer felices a todos y velar porque estén bien protegidos por él.