Nicolás es el menor de ocho hijos, pero su madre intentó comérselo cuando ya se había comido a sus tres hermanos.
Era Ale Oviedo quien jugaría, cuidaría al bebé del trípode, intentaría hacerle la vida lo más normal posible, le daría todo el amor y cariño de una auténtica mascota.
Dice que cuando conoció al gato, aún tenía una semana y su madre se lo iba a comer. Y desde ese momento decidió tomar y cuidar al gato. Los gatos aceptaron al bebé y comenzaron a cuidarlo.
Alimentaron y cambiaron el vendaje del animal todos los días.
Con el tiempo, se convirtió en un perro muy hermoso y tuvo mucha suerte de estar en esta familia.
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