El perrito de Chiquita no dejaba de ladrar a los autos y transeúntes para dejar en claro que su amigo lo necesitaba. Había detenido todo el tráfico.
Pronto, una mujer que estaba en el automóvil con su esposo le pide que se detenga cuando notó al perro en pánico. Siguen al perro hasta su dueño.
Se encuentra en mal estado a causa del alcohol. Fue extinguido en la tierra. De inmediato pidieron ayuda, la cual llegó rápidamente y se llevó al hombre.
Incluso en este caso, el perro no deja a su dueño. Salta a la ambulancia y se acuesta sobre el pecho del paciente.
Al final de la historia, Milagro decide buscar la casa donde viven Chiquita y su amo Jorge, y descubre la difícil realidad de Chiquita y Jorge. Vivían en la parte trasera de una camioneta.
Ella prometió ayudarlos. Ella llevó al perro al veterinario para un examen completo. Se aseguró de que Chiquita aún pudiera cuidar de Jorge.
Podemos concluir que los animales tienen un gran corazón y pueden bastar con ver a su amo en situaciones difíciles. Están dispuestos a hacer cualquier cosa para ayudarlos.