Sofya vive en un hogar marcado por tensiones y celos. Su esposo Oleg, con quien alguna vez construyó un próspero negocio, se ha ido distanciando cada vez más de ella.
En lugar de ello, dedica más tiempo a sus propios placeres y a la conducta cada vez más invasiva de su nueva pareja, Lika.
Lika, quien se ha infiltrado en la vida familiar, ha conseguido establecerse como una figura dominante, mientras que Sofya se ve a sí misma como la esposa paciente y callada en segundo plano.
Aunque se encarga de la casa, Sofya guarda sus propios planes secretos, con la intención de escapar de esta situación infeliz.
Oleg, atrapado en su mundo de negocios y alcohol, ha perdido todo respeto por Sofya. Su matrimonio, que en un principio estuvo basado en el trabajo conjunto y la confianza, se está desmoronando.
Lika aprovecha la oportunidad para afianzar su poder y humillar aún más a Sofya.
Es Eugenia, la hija de Sofya, quien empieza a notar los abusos hacia su madre y la incita a liberarse de Oleg.
Sin embargo, Sofya, que siempre pone el bienestar de su hija por encima de todo, sigue en su matrimonio – por seguridad y con la esperanza de encontrar una solución que les permita escapar a ambas de esta pesadilla.
Con una calma sorprendente, Sofya lleva a cabo su plan. Ya ha tomado la decisión de vender la casa familiar – sin que Oleg se entere.
Pero antes de dar el paso final, utiliza de forma astuta las crecientes tensiones entre Oleg, Lika y su socio Slawik.
Aviva las disputas entre ellos para manipular su entorno y hacer que se desate un conflicto explosivo. El momento en que pueda liberarse parece estar cada vez más cerca.
Las relaciones tensas finalmente estallan cuando Oleg, borracho y lleno de ira, pierde el control. En un arranque de rabia, destruye el teléfono de Lika, y la situación se descontrola por completo.
Lika lo acusa de mentirle, y se desata una tremenda pelea. Sofya, observando el caos desde la distancia, no interviene, sino que espera pacientemente el momento adecuado.
El conflicto se intensifica cuando Oleg inicia una discusión con Slawik. La destrucción del teléfono y el caos en el apartamento son solo el principio de un enfrentamiento dramático.
A la mañana siguiente, la casa está hecha un desastre: muebles rotos, cortinas arrancadas y un caos de rabia y decepción.
Oleg, todavía dominado por la ira, se muestra frustrado al descubrir que Lika y Slawik han desaparecido sin dejar rastro.
Pero Sofya, aprovechando la noche, ha hecho sus propios movimientos: usó los dispositivos de Oleg para vaciar todas sus cuentas bancarias y transferir el dinero a la suya.
Ahora tiene todo lo necesario para liberarse. Sin dar explicaciones, empaca sus cosas y abandona la casa para siempre.
Con una sensación de alivio, Sofya se dirige al hotel donde su hija Eugenia se encuentra.
Ambas se abrazan, con lágrimas de alegría y esperanza en los ojos. Es un momento de liberación, un momento que Sofya había esperado durante tanto tiempo.
Eugenia, quien siempre había impulsado a su madre a dar este paso, está feliz de ver que finalmente ha salido de la oscuridad.
Sofya ha vendido la casa familiar, lo que representa no solo un nuevo comienzo material, sino también emocional.
Oleg, abrumado por sus propios errores, se enfrenta a una situación financiera desesperada.
Tiene que vender sus propiedades, pagar sus deudas, y su negocio, que alguna vez prosperó, se desmorona bajo el peso de sus propios fallos.
El hombre que alguna vez lo tuvo todo se encuentra ahora en un abismo, sin apoyo y sin nadie que lo respalde. Sin embargo, Sofya y Eugenia han recuperado su libertad y pueden dejar atrás el pasado.
Con una sonrisa en el rostro y un futuro común por delante, avanzan hacia adelante – decididas a vivir sus vidas según sus propias reglas.