Las Curiosidades de la Era Victoriana: Belleza, Transitoriedad y Naturaleza en una Armonía Inusual
La época victoriana (1837–1901) fue un período de avances tecnológicos, expansión cultural y profundos cambios sociales. Sin embargo, más allá de los logros que definieron la modernidad,
se esconde un fascinante mundo de prácticas extrañas que hoy nos parecen bizarras e incluso grotescas.
Desde el uso de elixires mortales de belleza hasta macabros rituales de recuerdo, las peculiaridades de esta era reflejan una relación excepcional con la estética, la mortalidad y el mundo natural.
A continuación, exploramos siete de las costumbres más curiosas de la época y su impacto en la sociedad victoriana.
1. Arsénico: La Tentación Mortal de la Belleza
El arsénico, hoy conocido como un veneno mortal, era omnipresente en la vida cotidiana victoriana. Se utilizaba en medicamentos, cosméticos, pinturas para paredes, juguetes e incluso en alimentos.
El pigmento verde brillante conocido como «Verde de Scheele» se convirtió en una moda, usándose en papeles pintados, ropa e incluso en dulces.
Las mujeres aplicaban cremas con arsénico para obtener una tez pálida, considerada un símbolo de elegancia, a menudo con fatales consecuencias.
Aunque se conocían los peligros del arsénico, los médicos seguían prescribiéndolo como un remedio milagroso. No fue hasta finales del siglo XIX cuando comenzó a surgir una conciencia social sobre su toxicidad, pero para muchas personas, la revelación llegó demasiado tarde.
2. El Arte Macabro de la Taxidermia
La fascinación victoriana por los animales disecados alcanzó su punto culminante con la «taxidermia antropomórfica», una extraña forma de arte en la que se integraban animales disecados en escenarios humanos.
Conejos en fiestas de té o ardillas jugando a las cartas, la imaginación no tenía límites.
Estas representaciones se encontraban no solo en las villas de la aristocracia, sino también en los hogares de la clase media. Vitrinas llenas de criaturas disecadas mostraban una extraña simbiosis entre la gracia natural y la surrealista habilidad artística.
3. Recordando a los Muertos a Través de la Fotografía: La Última Pose
Con la invención de la fotografía, nació una nueva forma de recordar a los seres queridos. Las fotografías post-mortem, también conocidas como «Memento Mori», mostraban a los difuntos en poses realistas, a menudo rodeados de familiares en duelo.
Dada la alta mortalidad infantil, esta práctica ofreció una manera de rendir homenaje a los fallecidos. Para muchas familias, estas imágenes se convirtieron en reliquias valiosas que brindaban consuelo y documentaban la fugacidad de la vida.
Lo que hoy nos parece macabro, para los victorianos era una expresión de su profunda aceptación de la muerte como parte del ciclo de la vida.
4. Locura de la Moda: Pájaros como Decoración de Sombreros
La extravagante moda victoriana dio lugar a la cuestionable tendencia de adornar los sombreros con plumas, alas e incluso cadáveres enteros de pájaros. Estos lujosos accesorios eran un símbolo de estatus y riqueza, a expensas de la fauna.
La demanda de decoraciones de aves llevó a la disminución de numerosas especies. Los ornitólogos hicieron sonar la alarma, y el movimiento para la protección de las aves comenzó a ganar fuerza.
Finalmente, estos sombreros se convirtieron en un símbolo de la necesidad de conservación de la naturaleza.
5. Fiestas de Momias: ¿Arqueología o Ganas de Sensación?
La egiptomanía del siglo XIX alcanzó su punto máximo con las llamadas fiestas de momias. Las sociedades adineradas organizaban eventos en los que se desarrollaban momias egipcias auténticas frente a un público.
Aunque tales eventos se promocionaban como «científicos», para muchos lo más importante era el entretenimiento, más que el respeto por los muertos. Estas fiestas revelan la mezcla de curiosidad científica y desdén colonial que era típica de los victorianos.
6. Belleza a Toda Costa: La Dieta de los Tenias
La obsesión victoriana por un cuerpo delgado llevó a métodos extremos, como la llamada dieta del tenias. Las mujeres ingerían deliberadamente larvas de tenia, con la esperanza de perder peso mientras el parásito consumía su comida.
Los efectos fueron devastadores: deficiencias nutricionales, complicaciones de salud e incluso la muerte en algunos casos. Esta peligrosa tendencia subraya la profundidad de una obsesión social por la belleza, que a menudo anulaba la razón y la salud.
7. Pteridomanía: La Obsesión por los Helechos
En medio de la urbanización, los victorianos buscaron una conexión con la naturaleza, lo que dio lugar a la «pteridomanía» – una verdadera obsesión por los helechos.
Estas plantas no solo se coleccionaban, sino que también se exhibían artísticamente en lo que se conocía como «cajas de helechos».
Los helechos se infiltraron en la moda, el arte y la decoración, convirtiéndose en un símbolo de una nostalgia por la naturaleza intacta. Esta pasión refleja el deseo de escapar del bullicio de la vida urbana.
Reflexiones Finales
La era victoriana fusionó el progreso con la excentricidad de manera inigualable. Desde los pigmentos venenosos hasta los rituales macabros, estas historias revelan las contradicciones de una sociedad marcada por la curiosidad, la búsqueda de la belleza y el deseo de sensaciones.
Nos recuerdan cuán profundamente las normas culturales influyen en nuestro comportamiento, y la importancia de cuestionar críticamente tanto las innovaciones como las tradiciones.