„El Misterio del Viejo Apartamento: ¿Qué Descubrió Masha en el Sótano?“

ENTRETENIMIENTO

Masha y su esposo Kirill se acababan de mudar a un nuevo apartamento en un edificio antiguo.

El inmueble, construido a mediados del siglo pasado, tenía un encanto único: techos altos, molduras de yeso y paredes robustas.

Sin embargo, había algo extraño en aquel lugar. Los vecinos rara vez salían de sus departamentos, y desde su llegada, nadie se había acercado a saludarlos.

Una noche, cuando Masha estaba sola en casa, escuchó ruidos extraños provenientes del sótano.

Un crujido profundo y prolongado, como si alguien estuviera arrastrando muebles pesados por el concreto.

Sintió una tensión en el aire. Kirill siempre le había advertido que no bajara al sótano, pues estaba en mal estado y era peligroso.

Pero algo dentro de ella la impulsaba a averiguar qué estaba pasando. Tomó una linterna y decidió descender.

La puerta metálica del sótano chirrió al abrirse, y Masha bajó lentamente las escaleras frías y polvorientas.

El sótano la recibió con un silencio inquietante. Sin embargo, en el suelo, entre escombros y suciedad, notó huellas frescas, como si alguien hubiera pasado por allí recientemente.

De repente, la luz de su linterna reflejó algo brillante en una pared lejana. Masha se acercó y encontró un espejo antiguo cubierto por un paño sucio.

Levantó el paño y se quedó paralizada. En el espejo, vio su propio reflejo, pero no imitaba sus movimientos.

Ella permanecía quieta, pero su reflejo lentamente giró la cabeza y la miró fijamente a los ojos. Un escalofrío recorrió su cuerpo.

Quiso huir, pero de repente, la puerta del sótano se cerró con un fuerte estruendo detrás de ella. Masha se dio vuelta, el haz de su linterna temblaba en sus manos.

Sintió que algo estaba cambiando en el espejo. Cuando miró de nuevo, vio cómo su reflejo se acercaba al vidrio, como si quisiera atravesarlo.

En pánico, corrió hacia la puerta, pero cuando llegó, esta estaba cerrada con llave. Masha golpeó y gritó, pero su voz parecía ser absorbida por las paredes del viejo edificio.

Su reflejo ahora estaba pegado al cristal. Se detuvo y sonrió, pero ese no era su propio rostro. Era una sonrisa extraña, malévola.

Masha comprendió que debía escapar a toda costa.

Miró a su alrededor y, al final de la habitación, vio una pequeña puerta que no había notado antes.

Desesperada, corrió hacia ella y trató de abrirla. La puerta cedió y Masha se encontró en un largo y oscuro pasillo.

Corrió por el pasillo, sus pasos resonando en las frías paredes.

La luz de la linterna comenzó a parpadear, hasta que se apagó por completo. Masha quedó atrapada en la oscuridad total, perdida en el laberinto de la vieja casa.

De repente, escuchó pasos detrás de ella. Eran lentos, pesados. Masha aceleró el paso, pero los pasos se acercaban cada vez más.

En su desesperación, comenzó a correr, pero chocó contra una pared. Al volverse, vio que su reflejo la perseguía, con la misma sonrisa siniestra en el rostro.

El reflejo se detuvo y habló con una voz distorsionada y escalofriante:

“No debiste haber venido aquí.”

Masha no sabía qué hacer. Se dio cuenta de que su única opción era regresar al sótano y tratar de encontrar la salida por la misma puerta.

Corrió de vuelta, con su reflejo siguiéndola de cerca. Llegó a la puerta del sótano, la abrió y salió al exterior.

En cuanto salió, un profundo silencio envolvió la casa. Masha se apoyó en la pared, intentando calmar su respiración agitada.

Cuando Kirill llegó a casa, la encontró llorando y temblando en el suelo.

Ella intentó explicarle lo que había ocurrido, pero todo sonaba tan improbable que él comenzó a dudar de su salud mental.

Al día siguiente, llamaron a un especialista para revisar la puerta del sótano.

Sin embargo, el sótano del que Masha hablaba resultó ser solo un pequeño cuarto vacío y desordenado, sin nada de extraordinario.

Nadie creyó en su historia, y Kirill comenzó a pensar que algo no estaba bien con la salud mental de su esposa.

Pero Masha sabía lo que había vivido. Todos los días veía el reflejo aterrador en el espejo de su apartamento.

Y con cada día que pasaba, ese reflejo parecía acercarse más, como si finalmente quisiera liberarse.

Fin.

(Visited 17 times, 1 visits today)
Califica el artículo
( Пока оценок нет )