La historia comienza con una imagen impactante: un esqueleto gigante, supuestamente desenterrado por arqueólogos egipcios, yaciendo en una fosa con una pala junto a él para dar escala.
La fotografía, manipulada digitalmente, surgió en 2002 y pronto se convirtió en un fenómeno viral, especialmente debido a su aparente respaldo religioso.
En 2004, la supuesta «noticia» se difundió a través de blogs y correos electrónicos bajo el título: “¡Descubierto un esqueleto gigante!”. Tres años más tarde, en 2007, la historia resurgió con fuerza,
reavivada por artículos en sitios web poco fiables y mensajes reenviados una y otra vez. A pesar de lo evidente de la manipulación para muchos, el mito se negó a morir.
El engaño llegó a oídos de la revista National Geographic, cuyo nombre fue utilizado fraudulentamente en varios artículos para dar credibilidad a la historia. Un medio indio,
Voice of India, incluso publicó un artículo afirmando que un equipo de National Geographic había descubierto un esqueleto gigante en India, con supuestos indicios de que pertenecía a una raza de superhumanos mencionada en el antiguo texto hindú Mahabharata.
La historia describía a estos gigantes como seres de fuerza descomunal, capaces de arrancar árboles con las manos desnudas. Sin embargo, el editor de Voice of India, P. Deivamuthu, más tarde admitió que habían sido víctimas de un engaño y publicaron una retracción.
Otras versiones del mito situaban el descubrimiento en Arabia Saudita, donde un equipo de exploración petrolera supuestamente había encontrado restos humanos de entre 18 y 24 metros de longitud.
En esta versión, las referencias religiosas cambiaban, vinculando los restos con textos islámicos en lugar de hindúes.El sitio web Snopes.com, especializado en desmentir leyendas urbanas,
reveló que la imagen original era una creación para un concurso de edición fotográfica en la página Worth1000, donde los participantes competían por crear las imágenes más convincentes.
A pesar de las evidencias que desmienten el mito, la historia del esqueleto gigante sigue reapareciendo periódicamente en redes sociales y foros, demostrando que, cuando se trata de lo extraordinario, la verdad a menudo queda enterrada bajo capas de ficción viral.
