Un hombre se burla y abandona a su fiel esposa por otra, ¡pero el destino tiene otros planes!

ENTRETENIMIENTO

El aire se impregnaba con el fragor de las especias, mientras Megan, con una sonrisa luminosa, disponía la mesa.Sobre la superficie brillaban los platos preferidos de David:

la pechuga de pollo crujiente, los acompañamientos delicados y un cóctel resplandeciente, simbolizando la pasión de su amor. «¡Perfecto!» susurró Megan, con una chispa de esperanza en los ojos.

Pero cuando la puerta se abrió y David entró, su alegría se desvaneció como un destello que se apaga al viento.»¿Por el amor de Dios, qué llevas puesto?» soltó él con desdén, mirándola con burla.

«Con ese vestido pareces haber engordado al menos cinco kilos.»Megan sintió que algo se quiebraba en su interior, pero forzó una sonrisa débil. «¿De verdad no te gusta, cariño? Es nuestro quinto aniversario…

¿Lo recuerdas?» Su voz, apenas un susurro, parecía perderse en el viento.David resopló y apretó la mandíbula. «Claro que lo recuerdo.»Por un instante fugaz, los ojos de Megan se encendieron con una chispa de esperanza.

¿Tendría alguna sorpresa para ella? Pero cuando sacó un sobre de su bolsillo, el miedo la invadió.»¿No son billetes para París? ¿Qué es esto?» preguntó con voz quebrada, abriendo el sobre. En el papel se leía una palabra cruel y tajante: «DIVORCIO».

«¡Dime que es una broma!» susurró, mientras las lágrimas empañaban su mirada.David soltó una risa amarga, helada, que cortó el aire como un cuchillo afilado. «No es una broma, Megan. Ya basta. Te odio.»

«¿Por qué? ¿Qué he hecho mal?» preguntó ella, luchando por mantener la compostura.David la observó con desprecio, una mirada abrasadora que calaba más hondo que sus palabras. «Mírate. Eres la sombra de la mujer que fui alguna vez.»

Megan tragó el nudo que se le formó en la garganta, aferrándose a las últimas migas de dignidad. «Tal vez podríamos… ir a terapia, intentarlo de nuevo. Te sigo amando, David.»

Su sonrisa burlona se agrandó aún más. «¿Terapia? Si alguien necesita ayuda, esa eres tú, no yo.» Se giró, tomó su maleta junto a la puerta y caminó hacia la salida.

«¡David, por favor!» imploró Megan, pero él ni siquiera la miró. «Alguien me espera en el coche. Esto se acabó, Megan.»»¿Quién?» susurró ella, con la voz ahogada en las lágrimas.

«Jessica.» Su rostro se torció en una mueca cínica. «Mi secretaria. Es delgada, atractiva, y exactamente lo que merezco.»Sin decir una palabra más, David salió, dejándola en una quietud mortal.

Los días se desvanecieron en semanas, y Megan se sumió en un abismo de tristeza. Su vida se sentía como escombros. Sin embargo, su mejor amiga, Veronica, no permitiría que se hundiera.

«¡Deja de actuar como si fueras el Titanic y encuentra un nuevo barco, Megan!» le gritó, sin pensarlo ni un segundo, instalando una aplicación de citas en su teléfono.

A regañadientes, Megan comenzó a explorar la app y pronto encontró un mensaje: «Hola, eres absolutamente preciosa.»El remitente era un hombre llamado Robert. Sus palabras contenían una calidez que Megan no había sentido en mucho tiempo.

Tras una breve conversación, aceptó encontrarse con él. Se preparó con esmero: una gota de su perfume favorito, un vestido sencillo, y una chispa de esperanza que asomaba en sus ojos.

Cuando llegó al lugar del encuentro, su corazón latía desbocado. Pero antes de dar un paso hacia un nuevo comienzo, la puerta se abrió, y allí estaba David.»¿Vas a salir?» preguntó, mirándola con recelo.

Megan asintió, intentando pasar a su lado, pero él la detuvo. «Megan, cometí un error. Jessica me dejó. Por favor… volvamos a intentarlo.»Pero Megan ya no era la misma mujer que él conoció.

Lo miró fijamente a los ojos y contestó con firmeza: «Lo siento, David, pero ya encontré mi propio camino.»En la cafetería, Robert la esperaba, sosteniendo un ramo de lirios.

Se disculpó por el leve retraso y le ofreció una sonrisa que le calentó el alma.Mientras conversaban y reían, Megan sintió cómo poco a poco se reconstruía. Por primera vez en mucho tiempo, no miraba al pasado,

sino que con esperanza miraba un futuro lleno de nuevas posibilidades.Y cuando la noche llegó a su fin, supo que no solo había encontrado una nueva oportunidad en el amor, sino que también había recuperado a la mujer que siempre fue.

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