«¡A los 45 años lo perdí todo! Mi esposo me engañó con su secretaria, ¡y eso fue solo el comienzo!»

ENTRETENIMIENTO

Siempre hice todo por mi familia, pero mi esposo me engañó y mis hijos lo defendieron a él.

Una noche, cuando sentí una vez más que Jack me ignoraba por completo y que era una extraña en mi propia casa, salí al balcón para tomar un poco de aire fresco.

La brisa fría recorrió mi cuerpo, y por un instante sentí que finalmente era libre otra vez. Y entonces lo vi: Daniel, mi primer gran amor. Era como si el tiempo se hubiera detenido.

Apenas había cambiado; sus ojos aún tenían ese brillo cálido y sincero que alguna vez amé, y su sonrisa seguía siendo igual de auténtica.

“¿Emily?” preguntó, y en su voz había una cercanía familiar que inmediatamente despertó viejos recuerdos en mí.

Hablamos durante horas, como si nada hubiera pasado, como si nunca nos hubiéramos separado. Todo fluyó con tanta facilidad y naturalidad que sentí como si hubiera recuperado una parte perdida de mí misma.

Por primera vez en años, me sentí realmente viva, algo que no había experimentado viviendo junto a Jack.

Pero cuando regresé a la fiesta, encontré a Jack sentado junto a Clare, riendo. Mi estómago se contrajo. Sabía que no era casualidad. Una vez más vi lo que ya había notado muchas veces:

Clare estaba demasiado cerca de él, le sonreía durante demasiado tiempo. Mi corazón se apretó. Contuve las lágrimas y, con calma, le pregunté: “¿Nos vamos a casa?”

Jack miró su reloj y simplemente negó con la cabeza. “Te llamé un taxi. Sabía que querías irte temprano.”

Subí al taxi y me sentí más sola que nunca.

A la mañana siguiente, Jack no estaba en casa. Solo dejó un breve mensaje: “Dormí en casa de un amigo. Hablamos luego.”

En la cocina, Mia entró y me dijo que después de la fiesta iba a dormir en casa de Olivia. Le respondí con firmeza: “No, Mia, esta noche te quedas en casa.”

Sus ojos se llenaron de ira. “Papá dijo que podía ir,” contestó.

“Yo digo que no puedes. Tienes 14 años, Mia. No puedes hacer lo que quieras.”

“¡Por eso papá no te quiere!” gritó, y salió furiosa de la habitación.

Lucas, quien había estado callado hasta ese momento, levantó la cabeza y añadió: “Mia tiene razón. Papá está con otra persona, y es tu culpa.”

Esa noche miré la tarjeta de contacto de Daniel. Lo llamé porque necesitaba a alguien que me escuchara. Nos encontramos en el parque, y mientras caminábamos, sentí cómo algo pesado comenzaba a liberarse de mi pecho.

“Emily, mereces algo mejor,” dijo Daniel con una ternura que me hizo recordar lo que alguna vez pensé de mí misma.

Mientras caminábamos, miré a lo lejos y vi a Jack y Clare. Estaban besándose. Mi corazón volvió a apretarse.

“Mañana me voy a Florida,” dijo Daniel. “Ven conmigo. Necesitas tiempo para encontrarte a ti misma. No lo decidas ahora, solo piénsalo.”

No respondí de inmediato, pero en el fondo sabía que ese momento marcaba el inicio de algo nuevo. El comienzo de un capítulo en el que quizá, por fin, podría encontrarme a mí misma.

(Visited 116 times, 1 visits today)
Califica el artículo
( Пока оценок нет )