Una vez hubo grandes esperanzas de que Jennifer Grey, la inolvidable «Baby» de la película de culto Dirty Dancing, tendría una carrera brillante por delante. Sin embargo, el destino tomó un giro devastador que cambió su vida para siempre y la obligó a evitar los focos.
Después de muchos años de silencio, la ahora actriz de 62 años finalmente habló sobre la tragedia que sacudió su vida y dejó cicatrices profundas.
Dirty Dancing fue una película de bajo presupuesto, sin nombres conocidos ni grandes directores. Aun así, los productores y actores sintieron, en el estreno de agosto de 1987, que habían creado algo extraordinario.
Patrick Swayze, quien interpretó al carismático profesor de danza, se convirtió de la noche a la mañana en una estrella mundial. Se transformó en un símbolo sexual y conquistó los corazones de millones con películas como Ghost y Donnie Darko.
Sin embargo, para Jennifer Grey, su compañera de película, este éxito trajo un sabor amargo. Mientras el mundo celebraba la película, Grey no pudo unirse a la celebración. Por el contrario, desapareció silenciosamente de los focos. Su vida comenzó a desmoronarse y se alejó de la vida pública durante años.
Fue solo en una emotiva entrevista con People que, años después, dio una profunda visión sobre el trauma que la transformó para siempre.
El inicio de un gran futuro
Jennifer Grey nació en 1960 en Nueva York y comenzó a bailar desde niña. Su padre, Joel Grey, era un exitoso actor, bailarín y cantante que la introdujo en el mundo del entretenimiento. Después de su formación en la reconocida Dalton School y la Neighborhood Playhouse School of Theatre, comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo del cine.
Pero la vida no era un baile glamuroso: para sobrevivir, trabajó como camarera hasta que consiguió pequeños trabajos publicitarios, incluyendo uno para Dr. Pepper.
Su gran momento finalmente llegó en 1987, cuando asumió el papel de la inocente Frances «Baby» Houseman en Dirty Dancing, una historia basada en la juventud de la guionista Eleanor Bergstein. Jennifer se convirtió en una estrella de la noche a la mañana.
El papel le valió una nominación al Globo de Oro y de repente se encontraba en el centro de la atención.
La tragedia que cambió todo
Pero poco antes del estreno de la película que cambiaría su vida para siempre, ocurrió una catástrofe. Grey estaba en Irlanda con su entonces novio, el actor Matthew Broderick, cuando se vieron involucrados en un devastador accidente automovilístico.
Broderick conducía por el lado equivocado de la carretera y colisionó con otro coche que llevaba a una madre y su hija. Ambas murieron en el impacto.
Mientras Broderick sufrió solo heridas leves y fue acusado de conducción imprudente, Jennifer Grey tenía heridas externas casi invisibles. Sin embargo, el dolor emocional y la culpa de haber perdido dos vidas eran insoportables.
Solo unos días después, se llevó a cabo la premiere de Dirty Dancing, pero Grey no podía sentir alegría por el éxito. Estaba atrapada en una profunda tristeza y una abrumadora culpa. «Se sentía mal ser celebrada mientras cargaba con tanto dolor dentro de mí», dijo más tarde al Daily Mirror. Era la «nueva gran esperanza» de Hollywood, y aun así no podía disfrutar de ese momento.
La carga invisible
En los años siguientes, Grey se alejó casi por completo de la vida pública. El dolor emocional que experimentó tras el accidente se vio agravado por otra crisis: una decisión errónea de la que siempre se arrepentiría.
A principios de la década de 1990, se sometió a una cirugía nasal que cambió radicalmente su apariencia. La actriz, que una vez conquistó los corazones del público como «Baby», ahora apenas era reconocible. Ella contó en 2012: «Entré en la sala de operaciones como una actriz famosa y salí como una desconocida».
Esta decisión destruyó su carrera. «Era como si de repente me hubiera vuelto invisible», explicó, y añadió que se sentía como si estuviera en un programa de protección de testigos. La estrella de Hollywood que todos conocían desapareció en la insignificancia.
Un regreso tardío
Sin embargo, Grey finalmente encontró una manera de superar el dolor después de todos esos años y luchar para volver a los focos. En 2010, conquistó los corazones del público al ganar la versión americana de Dancing with the Stars. Para Grey, fue más que una victoria: fue un renacimiento personal.
«He deseado tanto volver a encontrar reconocimiento», dijo. «Ese éxito se sintió como si, después de 23 años, finalmente hubiera probado algo que tanto anhelaba».
En 2018, Grey dio otro paso de regreso a los focos con papeles en la serie de comedia Red Oaks y en la película Untogether. Parecía que había encontrado la paz con su pasado y redescubierto la alegría de actuar. Después de años de retiro y luchas internas, ahora irradia pasión y confianza en sí misma.
Estamos felices de ver a Jennifer Grey de vuelta en el centro de atención y le deseamos lo mejor.
No se puede evitar recordar la época de Dirty Dancing y revivir la nostalgia. ¿Quién no recuerda ese momento icónico de 1987? Comparte esta historia con tus amigos: quizás ellos también se pregunten qué fue de la hermosa Jennifer Grey.
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