Nacido en una familia trabajadora como el cuarto de seis hijos, esta leyenda del rock experimentó las durezas de la vida desde muy joven, marcado por la pobreza y su dislexia. A los 16 años, abandonó el camino escolar convencional y se las arregló con trabajos sencillos, incluyendo un breve y sombrío período en un matadero. También tuvo conflictos con la ley, lo que le llevó a cumplir una corta pena de prisión.
A pesar de estas circunstancias adversas, siempre encontró consuelo y refugio en su inquebrantable pasión por la música. Antes de alcanzar la fama mundial como Ozzy Osbourne, era John Michael Osbourne, un chico de los abarrotados barrios trabajadores de Birmingham, Inglaterra.
Las constantes dificultades económicas de su familia marcaron su infancia, y su madre a menudo tenía que estirar las comidas y no podía permitirse comprar ropa nueva para sus hijos.
La escuela representaba un desafío especial para él, ya que su dislexia no solo lo rezagaba académicamente, sino que también lo convertía en blanco de burlas y acosos. Estas provocaciones le valieron el apodo de “Ozzy”, que lo acompañaría de ahí en adelante.
Afligido por sentimientos de insuficiencia, abandonó la escuela a los 16 años. Para sobrevivir, aceptó diversos trabajos temporales, incluido el arduo trabajo en el matadero.
Sin embargo, esto no fue suficiente para encaminarlo, y repetidamente tuvo problemas con la ley, lo que resultó en una breve pena de prisión por robo antes de cumplir 18 años.
Sin embargo, todos estos desafíos no pudieron apagar su amor por la música. Tras su liberación de la prisión, comenzó un viaje de autodescubrimiento y, en 1968, se unió a otros músicos para formar una banda que revolucionaría la historia del heavy metal.
En la década de 1970, esta banda lo catapultó a la cima del Olimpo del rock, dejando una huella imborrable con canciones icónicas y actuaciones controvertidas.
En el amor, Osbourne también experimentó altibajos. Su primer matrimonio, en 1971, fracasó, pero con Sharon, con quien se casó en 1982, encontró a su verdadera alma gemela. Este matrimonio duró increíbles 41 años, dándole seis hijos y más de diez nietos.
Mantiene un vínculo profundo y cercano con su hija más joven, Kelly, lo que se refleja en conmovedoras publicaciones en las redes sociales, donde expresa su amor y gratitud hacia ella.
El “Príncipe de las Tinieblas” no solo es una inolvidable leyenda del rock, famosa por sus aventuras salvajes, sino también un esposo cariñoso, un padre devoto y un abuelo orgulloso.
Su historia muestra que, a pesar de todas las tormentas que la vida puede traer, el amor y la familia son los verdaderos anclajes que perduran con el tiempo.