Estos aviones, que cuestan millones de dólares, no solo ofrecen viajes exclusivos, sino que también sirven como espacios personalizables que reflejan el estilo personal de sus propietarios.
Céline Dion viaja a bordo de su Bombardier BD 700 Global Express, valorado en 42 millones de dólares, que no solo ofrece “amplio espacio para su séquito”, sino también un ambiente tranquilo, imposible de encontrar en vuelos comerciales. Aquí puede retirarse en total privacidad y disfrutar de su entorno lujoso.
Kylie Jenner, con solo 23 años, ya ha gastado 73 millones de dólares en su Bombardier Global 7500, al que llama “Kylie Air”. Está equipado con “iluminación rosa personalizada” y una cama de tamaño completo. Su jet no solo es un medio de transporte, sino también una herramienta publicitaria para Kylie Cosmetics, con el logotipo de su marca visible por todo el avión.
Lionel Richie y su hija Sofia disfrutan de sus viajes aéreos privados a bordo del Gulfstream G550 de Lionel, que se utiliza tanto para negocios como para el ocio. Esta aeronave les ofrece el equilibrio perfecto entre trabajo y relajación.
Dwayne «The Rock» Johnson utiliza su Gulfstream G650, valorado en 65 millones de dólares, tanto para viajes de trabajo como para momentos en familia. Incluso se encarga de cambiarle el pañal a su hija en pleno vuelo.
El Dassault Falcon 900 de Taylor Swift, valorado en 40 millones de dólares, está personalizado con su número de la suerte, el 13, y le permite viajar con total comodidad. A bordo, crea un “ambiente acogedor” con frutas frescas y flores que hacen que el lujoso espacio sea aún más confortable.
